Empezamos el curso afrontando uno de los grandes retos para luchar contra el riesgo de pobreza o exclusión social: vaciar muchas mochilas del peso de las desigualdades educativas. Desde el Casal dels Infants apostamos por fortalecer toda la trayectoria educativa de los niños, niñas y adolescentes que participan en la asociación, desde bien pequeños. ¿Cuáles son los factores de desigualdad a los que queremos plantar cara? ¿Cómo actuamos desde nuestros servicios educativos para conseguirlo?
AYÚDANOS A VACIAR MOCHILAS DEL PESO DE LAS DESIGUALDADES.
Las desigualdades educativas nos marcan desde que nacemos
La etapa de los 0 a los 6 años es determinante en nuestro desarrollo cognitivo y emocional como personas. Tener acceso a estímulos para el aprendizaje puede ser clave para corregir las desigualdades sociales y evitar que se hereden de padres y madres a hijos e hijas. Pero la renta marca el acceso a las guarderías y otros espacios formales de aprendizaje y cuidados en la infancia temprana. En el conjunto del estado, el 60% de los niños y niñas con rentas más altas accede a estos espacios, el doble que las rentas más bajas (30%). [1]
En Catalunya, las desigualdades en la composición del alumnado en esta etapa también son claras. Pese a que 1 de cada 3 menores se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, sólo el 3% de los niños y niñas en las guarderías tiene necesidades específicas de apoyo educativo debidas a su situación desfavorecida. Si nos fijamos en el origen, sólo el 7,5% del alumnado en esta etapa primeriza tienen nacionalidad extranjera. Una realdad muy diferente a la que nos encontramos fuera de las aulas, ya que el 22% de la infancia en Catalunya de entre 0 y 2 años tiene nacionalidad extranjera. [2]
Desigualdades que condicionan los resultados educativos
En la etapa de escolarización obligatoria, peses a que todos los niños, niñas y adolescentes vayan a la escuela o al instituto, no aprenden en las mismas condiciones. Tienen mucho que ver con ello factores de desigualdad que se dan en los centros, muy asociados a la segregación escolar (el alumnado socialmente desfavorecido y de origen migrante se concentra en determinados centros) y a los efectos de la falta de inversión suficiente en el sistema educativo.
El otro gran condicionante son las oportunidades educativas que se encuentran dentro y fuera del horario lectivo. Tanto en el acceso a espacios de refuerzo y estímulo del aprendizaje como en el apoyo en los estudios que puedan dedicarles en casa. No todas las familias tienen el nivel educativo suficiente para ayudar a sus hijos e hijas en las tareas escolares. A muchas también les falta tiempo para implicarse, cuando deben trabajar y se les acumulan las dificultades y angustias para salir adelante. Ofrecerles actividades extraescolares como alternativa no siempre está a su alcance, a causa de la escasez de becas. Por lo tanto, la infancia en situación de vulnerabilidad tiene menos oportunidades de aprender fuera de las aulas.
Estas desigualdades generan un impacto directo en el rendimiento educativo. Si analizamos los datos del informe PISA 2022, los resultados en competencias matemáticas en Catalunya de los alumnos socialmente más desfavorecidas fueron 96 puntos inferiores a los de alumnos de las familias más favorecidas.
El alumnado desfavorecido tiene más riesgo de abandonar los estudios
En Catalunya, el 14,8% de jóvenes de entre 18 y 24 años no ha estudiado más allá de la ESO [3] , lo que conocemos como abandono escolar prematuro, por encima de la media de la Unión Europea (9,5%). El riesgo de no seguir estudiando después de la etapa obligatoria se multiplica entre el alumnado de rentas familiares bajas y progenitores con bajos niveles de estudios. [4] Como consecuencia de todo ello, dejar los estudios tan pronto tiene un impacto directo en su futuro: cuanto más bajo es su nivel de estudios, más alto es el riesgo de que acaben sufriendo la pobreza. [5]
¿Qué provoca que haya adolescentes que tiren la toalla? Juegan un papel relevante las desigualdades educativas acumuladas en las etapas educativas previas. También influyen factores como la oferta insuficiente de formación profesional y escuelas de segundas oportunidades, una política de becas y ayudas que no responde a las necesidades de muchos adolescentes o algunos de los requisitos para acceder a los ciclos formativos. También son decisivas la falta de una orientación adecuada antes de hacer la transición a los estudios postobligatorios y las expectativas y prejuicios que se proyectas en los y las adolescentes al elegir.
El impacto de los servicios de apoyo educativo y social contra las desigualdades educativas
Luchar contra las desigualdades educativas pasa por impulsar políticas públicas que nos hagan avanzar hacia condiciones de aprendizaje igualitarias para la infancia y la adolescencia, dentro y fuera del aula. En paralelo, los servicios de apoyo educativo y social que tiramos adelante entidades sociales, como el Casal dels Infants, también tienen un impacto muy importante para corregir las desigualdades.
En el Casal dels Infants actuamos cuanto antes mejor. Garantizamos estímulos educativos a niños y niñas en situación de vulnerabilidad desde que nacen, en nuestro servicio maternoinfantil Vincles. Como hemos dicho, es una etapa clave en su desarrollo y para corregir las desigualdades. A sus madres les ofrecemos un espacio de apoyo en la crianza, donde tener una red de apoyo mutuo con otras mujeres y fortalecer sus competencias.
Un referente durante toda la trayectoria educativa
Desde los 3 años, apostamos por garantizar espacios de apoyo educativo fuera del horario lectivo, que se basan el el acompañamiento individualizado, fomentando hábitos y rutinas positivas para el aprendizaje e involucrando a las familias. Les apoyamos durante toda su trayectoria educativa, y nuestro equipo educativo es un referente clave que los alienta a no tirar la toalla, evitando la desafección con la escuela y el instituto. Más allá de fortalecer sus conocimientos y competencias, les garantizamos apoyo social y emocional, a ellos y ellas y a sus familias, trabajando en red con los servicios sociales y los centros educativos.
Al llegar a la adolescencia, este acompañamiento es clave para que los chicos y chicas cuenten con la orientación adecuada para hacer la transición a los estudios postobligatorios con éxito. Los educadores y educadoras vuelven a tener un papel relevante para que conozcan las distintas opciones e itinerarios, trabajen el autoconocimiento y eviten caer en estereotipos y prejuicios que condicionen sus expectativas de futuro.
Por otra parte, nuestro Programa de Becas es un apoyo muy importante que permite que jóvenes con dificultades para asumir el coste de estudios postobligatorios puedan acabar cursándolos, contanto con acompañamiento académico y ayudas económicas financiadas por la Fundació Nous Cims, la Fundació Kasperle y la Fundació Sandra Salgado Montells.
Ayúdanos a vaciar el peso de muchas mochilas:
[1] Navarro-Varas, Lara; León, Margarita (2023). «¿Quién gana y quién pierde? El acceso desigual a los recursos de educación y cuidado en la temprana infancia». Revista Española de Investigaciones So-ciológicas, 182: 81-96. (doi: 10.5477/cis/reis.182.81).
[2] Elaboración propia a partir de estadísticas del Departament d’Educació e Idescat (padrón municipal de habitantes y Encuesta de Condiciones de Vida).
[3] Abandono prematuro de los estudios, Idescat.
[4] Fundació Bofill. Infografia: L’abandonament escolar prematur a Catalunya, en dades.
[5] Encuesta de Condiciones de Vida, Idescat.