Tic Tac: una estrategia transversal para la inclusión digital

13/12/2023

En los últimos años, y muy especialmente durante la pandemia de la Covid-19, hemos constatado el crecimiento de la brecha digital. En el momento de mayor emergencia, en el confinamiento, detectamos que muchos niños, niñas y jóvenes que acompañábamos no contaban ni con los recursos ni las competencias digitales adecuadas. En el caso de los niños y niñas, muchos no pudieron seguir aprendiendo en igualdad de condiciones mientras estaban en casa. Las familias no eran capaces de ofrecerles apoyo educativa, ni conseguían realizar trámites y gestiones telemáticamente con la administración para ejercer sus derechos y acceder a ayudas para necesidades básicas. A raíz de todo ello, las políticas públicas y la acción social dirigidas a la inclusión digital se situaron como una prioridad.

La brecha, pues, se hizo visible, pero hoy perdura. Si bien nuestra respuesta en la emergencia fue hacer legar a las familias dispositivos digitales, facilitarles la conexión a la red e incrementar el uso de estas herramientas en nuestros servicios socioeducativos, pronto vimos la necesidad de definir e implementar una estrategia transversal para la inclusión digital de todas las personas a las que acompañamos: el programa Tic Tac.

¿De qué hablamos cuando hablamos de brecha digital?

Las desigualdades digitales cada vez tienen un mayor impacto en el crecimiento de las desigualdades sociales, y los niños y niñas no son una excepción. Estas desigualdades se producen en tres ámbitos que se interrelacionan. En todos ellos, los niños y niñas de familias con pocos ingresos, bajo nivel formativo y escaso capital social y cultural son quienes se ven más perjudicados.

Las desigualdades digitales cada vez tienen un mayor impacto en el crecimiento de las desigualdades sociales

La brecha de acceso:

Las herramientas digitales siguen lejos del alcance de muchas personas, especialmente si tienen un nivel socioeconómico bajo.

La brecha de uso:

Está muy condicionada por la brecha de acceso, y tiene que ver con la frecuencia e intensidad que los niños, niñas y adolescentes pueden utilizar los dispositivos digitales y con las condiciones y oportunidades para desarrollar competencias digitales.

La brecha de calidad de uso:

Las oportunidades educativas vinculadas a la digitalización están condicionadas por otras desigualdades en el aprendizaje, y también les agravan. Tener dificultades en la lectura, la escriptura, el razonamiento matemático o en el pensamiento crítico complica el aprendizaje de competencias digitales. Cabe añadirle los efectos de la brecha de acceso y, especialmente, las dificultades de las familias desfavorecidas. Muchas no tienen suficientes recursos y competencias –y a menudo tampoco el tiempo– para ofrecer apoyo en el aprendizaje digital a sus hijos e hijas. Tampoco pueden aportarles herramientas para la prevención de riesgos y para el bienestar digital.

 

La brecha digital va más allá del acceso a dispositivos.

La brecha digital va más allá del acceso a dispositivos.

 

Tic Tac: hacia la inclusión digital

Tic Tac, pues, tiene como principal objetivo que los niños, niñas, jóvenes y familias, más allá de acceder a las herramientas digitales, saquen de ellas el máximo provecho posible para ejercer sus derechos. Sus ejes estratégicos, con acciones adaptadas a cada franjad de edad, son el éxito educativo y el rol maker, el bienestar digital y una ciudadanía digital participativa.

Tic Tac tiene como principal objetivo que los niños, niñas saquen el máximo provecho posible de las herramientas digitales para ejercer sus derechos

El éxito educativo y el rol maker

Fortalecer las competencias digitales en la infancia, la adolescencia y la juventud para lograr el éxito educativo, fuera del horario lectivo, es uno de les rteos del Tic Tac. Apostar por ello pasa no solo por trabajar la destreza en el uso de los dispositivos digitales, sino también por un uso creativo y funcional de estas herramientas y tecnologías digitales que les permita avanzar más lejos. Trabajamos desde el pensamiento crítico en la búsqueda y la gestión de información y datos, la capacidad de comunicación y la resolución de problemas.

Una de las líneas del programa, tanto para fortalecer el éxito educativo como las habilidades y competencias que los chicos y chicas necesitarán en el futuro para hacer frente a sus necesidades, es la metodología maker. En contraposición a un uso pasivo de las tecnologías, fomentamos el aprendizaje a través del pensamiento computacional, la experimentación, la creatividad y el ensayo-error, en ámbitos como la generación de contenidos y la programación.

Bienestar digital

Atendemos y prevenimos situaciones de riesgo vinculadas a hábitos y prácticas poco saludables en el uso de las tencologías. Las acciones buscan generar reflexión y consciencia entre los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en relación a la adicción a las pantallas, el ciberacoso, la protección de la privacidad y las herramientas contra la victimización en línea.

Estas acciones también ayudan a los chicos y chicas a gestionar su actividad digital de tal manera que genere menos conflicto con sus familias. Así mismo, promovemos alternativas de ocio y aprendizaje desenchufadas.

 

Una adolescent participa en un taller sobre ús de les dades per part de Whats App

Una adolescente en un taller sobre el uso de datos por parte de WhatsApp.

 

Ciudadanía digital participativa

Trabajar con las familias las competencias digitales les garantiza herramientas para involucrarse más en el itinerario educativo de sus hijos e hijas y así fortalecerlo, tener más oportunidades formativas y laborales y a la hora de participar en la sociedad.

En este último aspecto, las nuevas tecnologías son cada vez más necesarias para ejercer derechos e interaccionar con la administración pública, para participar en la toma de decisiones en la comunidad y para ampliar la red social.

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