A los pies de los grandes ventanales, la ciudad, con el hormigueo de tráfico de la plaza de España que no se detiene. En el interior del Antiguo Salón del Trono del Palau Nacional, también en movimiento constante, once jóvenes ponen y visten las mesas del Òleum, el restaurante del Museu Nacional d’Art de Catalunya. Es media mañana y ultiman la preparación del comedor para el servicio de mediodía. Lo hacen como alumnos del Punto Formativo Incorpora de Auxiliar de Camarero que imparte el Casal dels Infants en colaboración con Singularis Catering. Tras cada gesto para colocar manteles, servilletas, cubiertos, vasos y copas están sus historias de vida, el esfuerzo por aprender un oficio, sus sueños y el equipo en el que se han convertido.
Competencias transversales
«Quería tener experiencia y me asustaba el mundo laboral», explica Judith. «Me ha parecido muy interesante que la primera semana de la formación la dedicáramos a conocernos. A saber cómo estábamos, cómo nos sentíamos y cómo habíamos crecido». Ha tenido mucho que ver con ello Alessia, la eudcadora del Casal dels Infants al frente del PFI, que también habla de esta gestión emocional y del trabajo de las competencias transversales como una de las claves de la formación: «El acompañamiento que les garantizamos en colaboración con Singularis Catering hace que ganen la confianza en ellos mismos que a menudo les falta. La hostelería es un mundo hostil donde es fácil romperse, pero aquí aprendemos a gestionar muchas situaciones y ponemos en valor lo que cada uno puede aportar en el trabajo».
En cuanto a Dani, esta experiencia le está cambiando la manera de ver el mundo laboral. Venía de trabajar durante meses en su pueblo, en Cuenca, haciendo trabajos en el campo. No tenía muy claro cómo enfocar su futuro y se sentía muy solo. «Aquí me he acercado más al sentimiento de querer hacer las cosas bien, de levantarme cada mañana y ser una mejor persona. Alessia ha sido un apoyo muy importante durante este aprendizaje, pero sé que ahora puedo ser independiente y demostrar lo que valgo». La próxima oportunidad la tendrá haciendo las prácticas de la formación, que se ofrecen en distintas empresas del sector de la hostelería.
El grupo del PFI de Auxiliar de Camarero del Casal dels Infants
Prácticas profesionales
«¿Las prácticas? ¡Que me salgan todavía mejor!», dice Maria, positiva. De estas semanas se lleva una buena mochila de aprendizajes: «Diría que he aprendido a trabajar en equipo y a adaptarme a los cambios. También a montar y desmontar mesas, a llevar platos sin que me caigan…». Judith, que ahora dobla servilletas, siente que ya tiene una base de formación. Aun así, piensa en ir más allá y sumar experiencia: «Ahora me siento segura. Las prácticas serán otro reto».
Antes de dejar lista la mise en place, después de limpiar y colocar las últimas copas, Dani no se quiere despedir sin enviar un mensaje a otros chicos y chicas que puedan estar en la situación en la que él se encontraba hace unos meses: «Recomiendo mucho acercarse al Casal dels Infants. Cuando eres joven, a menudo no sabes lo que quieres, y yo al llegar aquí lo descubrí. Fue una sorpresa, lo recomiendo a todo el mundo».
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