Moha nació en Marruecos, tiene 21 años y llegó al Estado hace cinco. Tras haber pasado un tiempo en Melilla, vino solo hacia Barcelona, donde poco después empezó a participar en nuestro Servicio de Transición a la Autonomía (STA).
El STA se dirige a jóvenes mayores de 18 años que no tienen una vivienda estable, y les ofrece vivir temporalmente en un piso compartido con otros jóvenes. “En el caso de que no cuenten con una prestación del Área de Apoyo al Joven Extutelado (AJTET) de la Generalitat, también obtienen una beca económica para hacer frente a sus gastos de alimentación y otras necesidades básicas”, explica Laia Ribas. Por otro lado, el equipo educativo y de las personas voluntarias les ofrecen el apoyo para definir un itinerario de formación y inserción laboral y para gestionar emocionalmente el proceso, con el objetivo de que puedan acabar valiéndose por sí mismos con autonomía.
En el caso de Moha, entró a vivir en un piso en el barrio de Poblenou-el STA cuenta con seis pisos, cuatro para chicos y dos para chicas- y después de hacer un primer curso en electricidad, encontró el oficio que realmente le gustaba en nuestra Aula de Hostelería: hacer de cocinero.
Se puso a ello con ganas y fue adquiriendo competencias:”Hice prácticas en varios restaurantes y hoteles, pero no pudieron cogerme”. No pudieron contratarle, básicamente, por una traba administrativa: para tramitar el permiso de trabajo, de acuerdo con la Ley de extranjería, era necesario que una empresa le ofreciera un contrato de trabajo de un año con un sueldo que supere el salario mínimo a jornada completa, entre otros requisitos. Muy pocas ofertas de este tipo llegan a jóvenes sin experiencia laboral previa, aunque tengan los papeles en regla… Hay que tener en cuenta, además, que el salario mínimo subió en enero hasta los 13.300 euros anuales, y que ahora las empresas están sufriendo el golpe de la crisis.
Para que un joven extranjero pueda tramitar el permiso de trabajo, es necesario que una empresa le ofrezca un contrato de un año con un sueldo que supere el salario mínimo a jornada completa, entre otros requisitos
Cuando empezó el confinamiento, Moha llevaba tres meses haciendo prácticas en un restaurante. Estaban contentos con él y le ofrecieron un trabajo que cumplía los requisitos para conseguir el permiso de trabajo, pero cuando tenían que formalizar el contrato llegó la crisis de la Covid-19:”La actividad del restaurante se paró y no pudieron contratarme. Hemos ido hablando con los encargados, espero que en un futuro me puedan volver a hacer la oferta”.
Moha: “Con el coronavirus, la actividad del restaurante se paró y no pudieron contratarme”
El caso de Moha no es una excepción, es una realidad que afectará a la juventud migrante, donde encontramos muchos chicos y chicas que llegaron en los últimos años a Cataluña, estuvieron en un centro de menores y ahora son ex tutelados. Conseguir el permiso de trabajo les será más difícil, en un momento en el que las empresas sufren la crisis. “Prevemos que tendrán que esperar más tiempo para conseguir el permiso de trabajo. Esto implica que no tendrán sus derechos garantizados y les dificultará ser autónomos”, comenta Laia Ribas.
Laia Ribas: “Que los jóvenes tarden a conseguir el permiso de trabajo implica que no tendrán sus derechos garantizados y les dificultará ser autónomos”
En este sentido, el gobierno del Estado ha aprobado este miércoles la prórroga de las autorizaciones de residencia y trabajo durante seis meses una vez finalice el estado de alarma. Se trata de un avance para garantizar los derechos de quienes ya cuentan con estas autorizaciones, pero no da respuesta a quienes todavía no las han conseguido.
Por lo que se refiere a los jóvenes mayores de edad que han llegado sin la autorización de residencia – o a los que tampoco la tienen al salir de un centro de menores, un hecho que últimamente ha sucedido, aunque la ley no lo permite- para tramitarla necesitan demostrar que trabajan o tienen medios propios para subsistir. De nuevo, se hace muy difícil que lo consigan, si no cuentan con el apoyo económico de una entidad.
Ante este contexto, Laia Ribas señala que será necesario adoptar más programas de formación e inserción para dar apoyo a la juventud sin red de apoyo y facilitar la regularización administrativa de las personas extranjeras. “Como ya nos han enseñado otras crisis, será necesario combatir también los estigmas y mensajes racistas contra estos chicos y chicas”, añade.
Laia Ribas: Hacen falta planes de ocupabilidad, facilitar la documentación y combatir el racismo”.
Por todo esto, el Casal dels Infants nos hemos sumado a la reclamación de más de 900 ONG y organizaciones sociales que se han movilizado bajo el lema #RegularizacionYa para garantizar que, en esta crisis del coronavirus, todo el mundo tenga papeles y nadie quede atrás.
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