Leer, cuando elegimos bien, nos hace disfrutar y nos remueve por dentro. Pero la lectura es mucho más que esto: también puede ser una potente herramienta de inclusión social. Un buen ejemplo es el programa Foment de la lectura, creado por la Assocació d’Escriptors en Llengua Catalana en 2017. Su objetivo es acercar cuentos y libros a niños, niñas y familias en riesgo de exclusión, y así fomentar el hábito lector y el dominio de la lengua catalana entre adultos que mayoritariamente son migrantes y menores que no acostumbran a tener libros en casa.
Gracias al programa, en el Casal dels Infants recibimos a escritores y escritoras de la AELC que vienen a compartirnos historias. En un inicio en el barrio del Raval, desde poco después también en Santa Coloma de Gramenet y, por primera vez este curso, en Salt, donde hoy sacamos la cabeza para ver cómo es una tarda de Foment de la lectura en el Casal Familiar.
Aún no son las cinco y Judit Pla, escritora socia de la AELC, ya ha llegado a la Factoria Cultural Coma Cros, donde se hacen las sesiones del programa. A parte de escribir, también es asesora de maternidad y infancia, lo cual le permite trabajar más allá de la lectura con los pequeños y las madres. “Con el equipo del Casal Familiar —Maria, Abdelhak y Ana— elegimos cuentos para tratar temas familiares y emocionales en los que nos interesa profundizar: los celos entre hermanos, el hecho de no compararse, los berrinches, el vínculo, el rol de la paternidad…”. Cuentos que descubrirán al inicio de la sesión, en un rato de lectura libre entre madres e hijos, y más tarde cuando Judit les lea su elección del día. “¡Los niños y niñas, así como sus familias, tienen avidez por leer cuentos, de verdad!, nos avisa.
Judi Pla, escritora de la AELC: «Elegimos cuentos para tratar temas familiares y emocionales en los que nos interesa profundizar»
No tardamos en comprobarlo, cuando la sala se va llenando. Louay remueve un poco entre los cuentos de una mesa y se lleva enseguida “Les Tres bessones parlen amb els saltencs”, de Laia Aguilar. Se sienta en otra mesa con su madre, Marjan, y se dedican a reconocer rincones de la ciudad ilustrados por Roser Capdevila. A su lado, Mohamed, el hermano mayor de Louay, lee “El gat de Girona”, de Agnès Petit, y con Abdel descubre que quien besa el culo de la leona vuelve a Girona.
En otra mesa, Malak lee con su madre, Sanah, el cuento “Mare, com…?”, pero ella lo hace con los dedos. Como está adaptado al lenguaje braille, puede leer sola, aunque también le gusta que su madre coja libros de la biblioteca y se los lea en casa. “Me dice las letras y yo las escribo. Después grapamos las hojas y ya tenemos un libro hecho por nosotras”. En Foment de la lectura descubre muchas otras historias. “Judit nos explica muchos cuentos, me los deja tocar… Hablan de monstruos y de cosas que me encantan”.
Malak, participante del Casal Familiar: “Judit nos explica muchos cuentos, me los deja tocar… Hablan de monstruos y de cosas que me encantan”
Hoy la tarde acaba, precisamente, con la compañía de un amigo monstruoso. Judit les lee “El Monstre de colors va a l’escola”, de Anna Llenas. Todo el mundo atento, pasa un rato y una mano se levanta. Judit ha preguntado si alguien sabe qué quiere decir “ratpenat”, y Mohamed ya explica a los demás qué tipo de bicho es. Después escribe la palabra en la pizarra, como hacen habitualmente con las complicadas o curiosas. Con el cuento acabado, y después de recoger, Malak se marcha contenta porque se puede llevar a casa los dos libros que ha leído hoy: “¿¡Los dos!?, pregunta emocionada a Judit, que le responde con un abrazo: “¡Los dos, los dos!”.
Un trimestre odiseico en Santa Coloma
Por el Casal Familiar de Santa Coloma también corren buenas historias, que en este caso trae la escritora Gemma Gelabert. Durante el segundo trimestre han compartido ni más ni menos que la Odisea, de Homero. “Cuesta mucho escribir un cuento mejor. Es una aventura apasionante donde pasan cosas trepidantes”, comparte Gemma.
Siguiendo el periplo de Ulises de vuelta a casa, con un capítulo por sesión, el grupo ha trabajado mucho el catalán: “Como es una historia acumulativa, había palabras que se repetían, las íbamos recordando, y así al final han aprendido ‘vaixell’, ‘heroi’, ‘cavall’…”. Los más interesante para Gemma es que lo han hecho pasándoselo bien: “Como es una actividad placentera y divertida, donde van progresando, es una manera de entrar en la lengua casi sin enterarse”.