A partir del contacto constante que mantenemos durante el confinamiento con los niños, niñas ,jóvenes y familias que participan en el Casal dels Infants, actualizamos cuál es su situación acabada esta tercera semana de excepcionalidad. Compartimos cómo estamos respondiendo y en qué estamos incidiendo para que las administraciones públicas adopten las medidas necesarios, como ya hicimos durante la primera y la segunda semana de confinamiento.
Necesidades básicas
Nos encontramos que todavía no se han repartido todas las tarjetas monedero a las que tienen derechos los niños y niñas con becas comedor. La situación es compleja y el reparto no es sencillo de articular, pero reclamamos respuestas más ágiles y mayor flexibilidad por parte de las administraciones públicas, cuando se trata de la infancia en mayor situación de vulnerabilidad.
Hemos activado distintos kits para apoyar a las familias que se encuentran con más dificultades para salir adelante durante el confinamiento. Facilitamos kits de emergencia, que consisten en una prestación para aquellas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad más grabe. También hemos preparado kits con material educativo para niños y niñas, así como 63 tablets que, en alianza con Amazom, haremos llegar a niños, niñas y adolescentes que las necesitan para continuar su proceso educativo o formativo.
Apoyo a nuevas situaciones laborales y nuevos perfiles de riesgo
Nos empieza a preocupar mucho el grupo de familias que, hasta el inicio de la crisis sanitaria, no tenían seguimiento de los servicios sociales porque, pese a sufrir la precariedad, salían adelante con la ayuda de distintas redes de apoyo. Ahora ha cambiado su situación laboral y han caído rápidamente en una situación de vulnerabilidad, pero no tienen ninguna referencia y no están contempladas en el circuito de los servicios sociales
Estamos intermediando para que las personas que participan en el Casal dels Infants y buscan trabajo encuentren el máximo de oportunidades. Les hacemos llegar ofertas que recibimos y tratamos de potenciar sus perfiles ahora que se buscan profesionales para hacer frente a la situación de emergencia.
El confinamiento de muchas familias está marcado por condiciones inadecuadas en su vivienda. Detectamos casos de sobreocupación –muchas personas viviendo en un piso pequeño–, familias que viven en locales sin cédula de habitabilidad, otras en situación de ocupación –en algunos casos sin acceso a electricidad y al agua–, o que viven en pisos con poca iluminación y mala ventilación. También hay familias viviendo en una habitación o reubicadas en una pensión después de haber sido desnonadas.
Pasar muchos días sin salir de este tipo de espacios genera situaciones de mucha angustia y malestar que intentamos detectar. Les hacemos un seguimiento y nos coordinamos con los servicios sociales para garantizar que su situación mejore.
Las administraciones responden a la crisis con decretos y medidas que, a menudo, suponen cambios en los procesos administrativos y jurídicos a los que nos podemos acoger para ejercer nuestros derechos. La información es cambiante y compleja. Por ello, el Servicio Sociojurídico Comunitario atiende estos días por teléfono a las personas del Casal dels Infants que necesitan asesoramiento jurídico y administrativo, y también les hace llegar documentos explicativos, sintéticos y comprensibles, sobre temas que les pueden afectar. Un acompañamiento que el servicio ofrece todo el año y que, en estos días excepcionales, es indispensable.
Mirada a la infancia, sobre todo la más invisible
Reivindicamos más consciencia del esfuerzo que están haciendo todos los niños y niñas, pero con especial intensidad en el caso del de los que viven el confinamiento en condiciones de riesgo. Situaciones que no les resultan nuevas pero que, en casa, más aislados y sin el apoyo diario de la red educativa y social que les acompaña, resultan más duras y evidencian las carencias de un sistema social que no los protege.
En este sentido, reclamamos a las administraciones aplicar los principios de interés superior de la infancia y de no discriminación entre niños y niñas, reconocidos en la Convención de los Derechos del Niño, actuando ante las situaciones de desventaja. Estos principios también se tienen que tener en cuenta al garantizar que los niños y niñas sean los primeros en volver a salir de sus casas y gozar del espacio abierto cuanto antes mejor, tan pronto como las medidas de contención de la pandemia lo permitan.
En cuanto al curso educativo, defendemos que nos se puede retomar con normalidad ante la situación excepcional que vivimos. Hacerlo significaría exigir un esfuerzo contraproducente a la infancia y sus familias, especialmente si viven situaciones de riesgo. Lo vemos estos días, cuando muchos niños y niñas se angustian cuando no pueden acceder a los deberes que les han enviado, o no los entienden. Ahora es necesario priorizar la atención de las necesidades básicas y el apoyo en la gestión emocional.
Aunque el final de curso se flexibilice y la evaluación se adapte a esta excepcionalidad, el tiempo no se detiene. Es necesario garantizar que todas las familias tengan recursos para continuar estimulando el aprendizaje y los ratos de ocio de los niños y niñas, facilitándoles materiales educativos y lúdicos, dispositivos tecnológicos y todos los apoyos posibles.