Durante estas vacaciones, unos sesenta de niños y niñas del Casal dels Infants en el barrio del Raval, de entre 6 y 12 años, han participado en CatEstiu, un servicio que les ofrece refuerzo escolar con el catalán como eje transversal, así como actividades de ocio, artísticas y talleres. Algunos de los niños y niñas ya eran participantes del Casal dels Infants durante el curso, los demás se han incorporado derivados y derivadas por las mismas escuelas con las que el equipo educativo trabaja en red durante el curso.
El fomento del uso del catalán es transversal en el proyecto: es la lengua que han utilizado durante el día, en los ratos de deberes, las actividades de ocio y en las ‘rotllanes’, con los que empiezan y acaban el día para hablar, compartir y evaluar la jornada.
En los ratos de refuerzo escolar, los niños y niñas han hecho los deberes de verano asignados por la escuela con el apoyo del equipo educativo. También, han repasado conceptos del curso para prepararse para el curso que viene y así aumentar las garantías de éxito.
A lo largo del mes, los niños y niñas han trabajado diferentes temáticas de educación ambiental, como el reciclaje, la pobreza energética, el cambio climático, etc., enfatizando y preguntándose qué podrían hacer ellos y ellas para ayudar la situación. Para profundizar en los temas, recibieron la visita de algunas entidades. Con Fronteres Invisibles jugaron a un monopolio humano que reflejaba los procesos migratorios, para promocionar la reflexión sobre el racismo y el racismo institucional. Con Young It Girls, una entidad con el objetivo de visibilizar y fomentar las ciencias entre las chicas, hicieron dos actividades relacionadas con el cambio climático. L’Ortiga Cooperativa, que trabaja para sensibilizar sobre los actos con la natura y el desarrollo de incendios, trajo un juego para tomar consciencia sobre los elementos que empeoran las condiciones de los incendios.
Otro tema que se ha mantenido durante todo el julio ha sido la música. Cada martes, los niños y niñas trabajaban con un voluntario que había sido profesor de música, que les enseñó a crear instrumentos con material reciclado, a buscar ritmos y coordinarse entre ellos y ellas. El trabajo y los aprendizajes musicales se vieron representados en un concierto que los niños y niñas hicieron para sus familias para cerrar la última semana de actividades.
También han hecho diferentes salidas y excursiones, como ir a la montaña, al Tibidabo, a la playa y a la piscina.