Antes de nada, explícanos qué es para ti el Servei de Transició a l’Autonomia (STA), el servicio del Casal dels Infants en el que participas.
Es un programa que tiene el Casal dels Infants que quiere dar oportunidades a los jóvenes para poder salir adelante, para que podamos ser un día independientes y valernos por nosotros mismos. Te ayudan a conseguir un trabajo a partir de una formación que hayas hecho o te vinculan a una formación del Programa de formación e inserción social y laboral del propio Casal. También ofrece cinco pisos compartidos a los jóvenes participantes. Yo vivo con tres otros chicos. Tenemos buena convivencia y, si surge algún problema, tratamos de resolverlo como personas adultas, de buen rollo. También contamos con el acompañamiento de los educadores y educadoras y de personas referentes (gente voluntaria con quien podemos socializar).
¿Qué expectativas tenías cuando llegaste a Catalunya?
Para empezar, luche mucho para poder comunicarme, estudiando un curso de castellano en la asociación EICA. Después hice un Programa de cualificación profesional inicial (PQPI) de jardinería en el instituto La Mercè. Como saqué buena nota, pude empezar un grado medio en el mismo centro, y elegí el de soldadura. Me gusta hacer cosas nuevas. Yo soy así, me veo polivalente. Los dos años de grado medio me fueron muy bien, pero con el problema de los papeles —en ese momento todavía no tenía el permiso de reisdencia— la empresa donde realicé las prácticas no pudo contratarme y tampoco pude hacer un grado superior, porque sin los papeles no podía. No podía detenerme: decidí mejorar mi inglés con un curso en el Casal Concordia. Ya decía alguna palabra, porque antes de participar en el Casal había vivido en una fundación con compañeros de Gana y Nigeria. Ahora lo hablo muy bien. Después hice un curso en mantenimiento de interiores en Impulsem y, una vez en el Casal, uno de mantenimiento de edificios enteros.
«Me gusta hacer cosas nuevas, me veo polivalente. Me esperaba encontrar un trabajo después de sacar buena nota en el grado medio en soldadura, pero aún no tenía el permiso de residencia y no me pudieron contratar»
¿Qué te ha hecho sentirte acogido?
Desde que llegué, en los sitios donde he estado me ha tratado bien. Hace tiempo no me imaginaba que podría ser quién soy hoy. Incluso hay gente que me ve por la calle y cuando hablamos se piensa que he nacido aquí. Cabe decir que mi actitud favoreció que me diesen una buena acogida. Pero aunque te acojan, tu tienes que salir y buscar lo demás. No bajar los brazos y salir adelante.
¿Qué obstáculos y dificultades has encontrado desde que llegaste?
¡He tenido bastantes dificultades, madre mía! Principalmente la discriminación. Me han cerrado alguna puerta y he vivido el racismo. A veces me pregunto: ¿saben qué hacen? Creo que a veces lo hacen sin enterarse, e intento olvidarme de ello. Hay gente que no sabe lo que es emigrar, irse a otro lugar y sufrir. Vivirlo es muy distinto. A mi manera de entender las cosas, si los padres intentan meer en la cabeza de los niños que somos diferentes, estos niños crecerán con eso. Para mí, todos somos iguales, seamos blancos, amarillos, negros, mulatos…
¿Dónde se puede sufrir el racismo?
En la calle —empezando por quienes se desvían de ti–; en el metro o incluso en el bus; en el restaurante… ¡En el parque! ¡En el parque de los niños, sí, sí! ¡Lo he visto! En la escuela es más difícil. En el campo de fútbol… ¡Es que no se pueden decir todos los lugares en los que se da! A veces, no siempre, hay partes de la administración pública que también atienden con racismo. Depende de quién de atenga y de la persona que vaya contigo en ese momento.
«El racismo está en la calle —empezando por quienes se desvían de ti–; en el metro o incluso en el bus; en el restaurante; en el parque; en el campo de futbol… ¡No se puede decir todos los lugares en los que se da!»
¿Te arrepientes de haber venido a Catalunya?
No, no. Nunca diré que me arrepiento de lo que he vivido y aprendido aquí! Se trata de salir adelante.
Tchacka en un momento de la entrevista.
¿Qué les explicas a los jóvenes con quienes tienes contacto en África?
Les digo la verdad. Yo no miento a nadie. Decirles que aquí se consigue todo, que se lo regalarán todo, hasta el oro… No, yo les explico la realidad. En España hay crisis, no todos los españoles trabajan ni todos los inmigrantes consiguen empleo. Hay gente en la calle y personas que ni si quiera consiguen comer. Yo no puedo aconsejar a nadie que venga porque no sé si tendrá la fuerza para aguantar las dificultades.
«A los jóvenes de África les explico la realidad. Que aquí hay crisis, gente en la calle y persones que ni siquiera consiguen comer. Yo no puedo aconsegar a alguien que venga porque no sé si tendrá la fuerza para aguantar las dificultades»
¿Cómo te ves en el futuro?
Me veo encontrando un trabajo, que es la razón por la que me he formado desde el principio y hasta ahora. A mi país volveré cuando me toque la jubilación o cuando muera, que me llevarán para allí. Pero a mí siempre alguna cosa me retiene aquí. Alguna cosa me dice: «Quédate aquí, este es tu sitio y te sentirás bien algún día». Yo creo profundamente que un día aquí seré muy feliz, no lo dudo. Pero hay que darle tiempo al tiempo.