Empezar a aprender en desventaja
Entre los niños y niñas de 0 a 3 años en Cataluña, sólo uno de cada tres va a la guardería, y tan sólo la mitad lo hace en el último curso (I2). El motivo es que esta etapa educativa no es gratuita -excepto el I2, que sí lo es a partir de este curso- ni universal -no hay plazas para todos los niños y niñas-, y tampoco hay suficientes criterios de prioridad en la inscripción del alumnado que favorezcan la escolarización de los niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Como resultado, los niños de rentas más bajas y de nacionalidad extranjera son los que menos acceden a la guardería, tal y como recogíamos el curso pasado en el dossier Pequeña infancia, grandes desigualdades.
Una educación obligatoria sin equidad
Por lo que respecta a la educación primaria y la secundaria, el origen migrante y la clase social siguen condicionando las oportunidades educativas. En Catalunya el 95% del alumnado de nacionalidad española se gradúa de la ESO, mientras que sólo lo hace el 76% de estudiantes con nacionalidad extracomunitaria. En el informe PISA, las diferencias en los resultados en función de la clase social del alumnado se dan tanto en las competencias matemáticas como en las científicas y de comprensión lectora (el alumnado de clase baja saca de media 50 puntos menos que el de clase media y 80 puntos menos que el de clase alta). Como explicación a esta realidad encontramos factores como la segregación escolar (el hecho de que el alumnado de rentas bajas y origen migrante se concentre en determinados centros) y una financiación de los centros educativos todavía insuficiente.
Brecha digital
Sin embargo, las desigualdades en el aprendizaje también se dan fuera de las aulas, especialmente en lo que se refiere a la brecha digital (las diferencias en el acceso a competencias y herramientas digitales de los niños, niñas y sus familias). Si nos fijamos en los niños de 10 a 15 años que viven en hogares con ingresos netos inferiores a 1.600 euros, un 18% (cerca de 30.000 niños) no utiliza un ordenador o tableta en su casa. En los hogares con menos de 900 euros, casi 3 de cada 10 niños (11.000 niños y niñas) no utilizan ordenador o tableta en casa. Por lo que respecta a las competencias de los padres y madres, un 30% de los padres y madres con hijos/as que conviven en el hogar no sabe utilizar un procesador de texto (casi la mitad en el caso de las familias monoparentales). Las cifras son aún menores en la utilización de hojas de cálculo.
Insuficiente continuidad formativa
En Catalunya el abandono escolar prematuro (el porcentaje de jóvenes de entre 18 y 24 años que ha alcanzado la primera etapa de la educación secundaria) ha disminuido en los últimos años, pero sigue afectando al 15% del alumnado, por encima de la media del Estado español (13%) y de la Unión Europea (10%). Dejar los estudios tan temprano incrementa el riesgo de exclusión social de estos chicos y chicas. Entre los jóvenes que sólo han alcanzado los estudios obligatorios, uno de cada tres se encuentra en paro, más del doble que quienes han realizado estudios postobligatorios (14,1%). Es necesaria, pues, más oferta formativa y medidas que fomenten que la juventud más desfavorecida no abandone los estudios.
En el Casal dels Infants actuamos contra las desigualdades educativas ofreciendo espacios de apoyo educativo para más de 6.000 niños,niñas, madres y padres, e incidimos ante las administraciones públicas para que garanticen el derecho a la educación en igualdad de condiciones.
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1Fuente: Departament d’Educació.
2 Fuente: Informe “L’estat de l’Educació a Catalunya” (2020) de la Fundació Bofill.
3 Fuente: Enquesta sobre equipament i ús de TIC a les llars 2022. Les dades sobre pares i mares són del 2019.
4 Fuente: Departament d’Educació i Enquesta de Població Activa del primer trimestre del 2022.